jueves, 21 de junio de 2007

Retirada Michael Schumacher (Parte 1)

Voy a rescatar un artículo de la revista Business F1 publicado al finalizar la temporada pasada. En el artículo se repasa como fue la retirada de Michael durante el Gran Premio de Italia del año pasado. Por la longitud del artículo y porque lleva bastante tiempo la traducción voy a dividirlo en varias partes que se publicarán durante los próximos días.


Una vez finalizado el Gran Premio de Italia en 2006, el jefe de prensa de Ferrari, Luca Colajanni, colgaba una hoja fuera del motorhome de Ferrari. Era una nota de prensa anunciando la retirada de uno de los mejores pilotos de Fórmula 1 de la historia, y que en esos momentos todavía estaba peleando por el campeonato de esa temporada con Fernando Alonso. Colajanni había recibido órdenes precisas de Luca Cordero di Montezemolo -presidente de Ferrari- diciéndole que era exactamente lo que debía hacer y lo que no debía hacer.

Era extraño porque la nota de prensa apareció antes de que el propio Michael diera la noticia en la rueda de prensa posterior a la carrera, ya que normalmente las notas de prensa aparecen después de realizarse un anuncio o en el mismo momento de producirse, pero pocas veces aparece primero la nota de prensa. Era como si Ferrari quisiera asegurarse de que no hubiera vuelta atrás en la decisión tomada.

Montezemolo estuvo en el garaje de Ferrari ejerciendo una gran presencia durante todo el fin de semana. El sábado estuvo en el motorhome de Ferrari evadiendo las preguntas sobre qué era lo que iba a suceder. El día de la carrera llegó con John Elkann, el miembro más viejo de la familia Agnelli trabajando en Fiat, y Sergio Marchionne, el jefe ejecutivo de Fiat. También los acompañaba Piero Ferrari. Alguien se sorprendió de la presencia de tantos hombres importantes juntos y dijo: "Era como si Luca quisiera tener refuerzos". Pero, ¿refuerzos para qué? Aun era pronto para saberlo.

Aunque todo parecía normal en el garaje y en el motorhome de Ferrari, parecía como si una guerra civil estuviera llegando a su fin y el ganador iba a ser Montezemolo. Había sucedido durante todo el verano, pero en esos momentos llegaba a su fin. Lo único que faltaba era que Jean Todt y Michael Schumacher levantaran la bandera blanca. En realidad nadie sabía que era lo que iba a pasar. Schumacher no quería retirarse, al menos no ese día. Él creía que tenía fuerzas para seguir, pero Montezemolo le había dado un ultimatum para que tomara una decisión en Monza, y le dijo -en contra de los deseos de Jean Todt- que tenía dos opciones, correr junto a Kimi Raikkonen en 2007 ó retirarse.

Hasta ese momento nadie hubiera osado decirle a Schumacher que era lo que tenía que hacer. Había sido el rey de la Fórmula 1 durante 12 años y al menos durante la mitad de ese tiempo había sido el hombre más importante de este deporte, eclipsando incluso a Bernie Ecclestone.

A Montezemolo no le gustaba la postura de Jean Todt con Michael Schumacher. Él tenía el punto de vista de Enzo Ferrari de que los pilotos eran empleados que debían realizar un trabajo, mientras que para Todt, la gente importante del equipo, incluido Michael Schumacher, eran sus amigos más allá de ser sus empleados. Pero no había duda de que este estilo había funcionado bien, y por esa razón Jean Todt y Montezemolo se respetaban mutuamente. Sólo una vez en las 11 temporadas que Schumacher fue piloto de Ferrari, en 1999 concretamente, Montezemolo había insistido en hacer las cosas a su manera.

La línea oficial del equipo fue que Schumacher simplemente había decidido retirarse hacía varios meses y que Ferrari había contratado a Raikkonen para ocupar su lugar, fin de la historia. De hecho, Todt sugería que pensar otra cosa era una estupidez. Por lo tanto, todo el mundo era estúpido.

Había claramente una tensión entre Todt y Montezemolo ese fin de semana en Monza. El viernes y el sábado cada uno había estado haciendo su trabajo, pero el día de la carrera, cuando quedaban 15 minutos para comenzar, Montezemolo se fue del lugar donde estaban los Ferrari en la parrilla para dirigirse al lugar que ocupaba Kimi Raikkonen y le hizo un gesto de aprobación con el pulgar hacia arriba, como si quisiera decirle que todo iba como estaba previsto. Era un gesto extraño hacia un piloto de un equipo rival en la carrera de casa para Ferrari.

Después de que Michael ganara ese día la carrera, Montezemolo que estaba junto a Elkann y Marchionne hacía ostentosos gestos de felicidad, y mientras las cámaras de televisión lo enfocaban le dió un fuerte abrazo a Jean Todt y lo besó. Pero mientras Montezemolo lo besaba y le daba un abrazo, Todt rapidamente se giró. Parecía la escena de El Padrino cuando Michael Corleone abraza a su hermano Fredo mientras firma su sentencia de muerte. Entonces fue el turno de Michael Schumacher. Montezemolo al igual que había hecho con Todt, también abrazaba a Schumacher, mientras éste aguantaba el abrazo de su jefe mirando por encima del hombro hacia otra parte. Mientras Montezemolo abrazaba a los dos hombres, sabía que la nota de prensa firmando su victoria estaba siendo puesta a disposición de los periodistas. Ahora estaba claro que Montezemolo había ganado la batalla interna con Todt para traer a Raikkonen a Ferrari en 2007, y que el ultimatum de Schumacher de "Raikkonen o yo" había sido ignorado.

Era una batalla que Montezemolo se había propuesto ganar. Seis años antes, se había propuesto traer a Mika Hakkinen para que fuera compañero de Schumacher, pero en aquella ocasión la oposición de Todt y Schumacher lo habían impedido. Esta vez no estaba dispuesto a perder. Quería a Raikkonen, y si eso significaba la marcha de Schumacher, así sería. Y también tenía claro que no estaba dispuesto a pagarle a Schumacher 45 millones de dólares al año en el ocaso de su carrera. En cualquier caso ese dinero ya no estaba disponible ya que iba a ser destinado para pagar a Raikkonen, que había conseguido esa cantidad gracias a las negociaciones de su manager David Robertson.

No hay comentarios: